lunes, 13 de octubre de 2014

TERESA ROMERO (ÉBOLA II)

Me pedía el cuerpo hablar un poco sobre Teresa Romero, la auxiliar de clínica infectada en España por el virus Ébola y mas desde que el osobuco,gordo, tragón y sin alma consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid realizó unas declaraciones indecentes y malintencionadas propias de un malísimo político y persona criticando a esta mujer que a día de hoy domingo 12 de octubre se debate entre la vida y la muerte en el hospital Carlos III de Madrid. 

                                  Teresa Romero
Este mal bicho, sinvergüenza y sin corazón realizó esta semana una rueda de prensa acusando a Teresa de ser la culpable de su contagio del virus por tocarse la cara con los guantes mientras realizaba la desinfección de la habitación del religioso Manuel Garcia Viejo.

                                       Consejero y Ministra

Esto es como para mear y no echar gota. Un nefasto gobierno que tomo la peor de las decisiones posibles que fue repatriar para morir en España a personas que seguro que se lo merecían pero dadas las circunstancia al carecer de una vacuna eficaz y el alto grado de contagio deberían de haber sido tratados en el lugar donde se infectaron.Este gobierno decide traer al hospital Carlos III de Madrid a los religiosos a sabiendas de que había que improvisar dado que en España ningún hospital estaba preparado para acoger ningún infectado y lo que es todavía peor, el personal encargado de atenderles carecía de la formación especifica para ponerse y quitarse el traje que  se iba a infectar si o si porque estaría en contacto con el paciente.

Hay que ponerse en el pellejo del personal del hospital, al que solicitan voluntariamente atender a estos pacientes por el alto riesgo de contagio tanto para ellos en un principio como para sus familiares. Teresa por lo muchísimo que he leído en prensa en estos días, no lo dudo y se presento voluntaria sabiendo a lo que se exponía y creando un alivio entre los demás compañeros ya que vieron como no serian ellos los encargados del peligrosisimo trabajo. 



Dos, tres o mil cojones es lo que hay que tener para meterse en la habitación y recogerle al infectado los vómitos las diarreas,los orines y todos los fluidos por los que se transmite en puto y dañino  virus, estar en la habitación durante 50 minutos cuando lo máximo recomendado es 30 en un traje a mas de 50º y con los nervios de punta por no saber si la menor confusión le puede costar su vida y la de sus familiares.

Y va el miserable consejero de Sanidad de Madrid que a esas horas estarían llenando su amplio buche de chuletones y langostas pagados con los impuestos de los ciudadanos madrileños incluso los de Teresa y se permite inculparla de que se contagiase, como si al supuesto no demostrado que se tocarse con el guante en la cara lo hubiera hecho adrede para contagiarse intencionadamente y que la opinión pública inculpara a él y al partido popular de  dicho contagio y el nefasto seguimiento de esta crisis sanitaria.

El tiempo me dará o quitara la razón pero me da que Teresa se salva porque se lo merece de corazón y por el buenísimo trabajo que están realizando sus compañeros, médicos,enfermeros y auxiliares para que se salve y yo es lo que de corazón la deseo.



Si hay medallas de esas que los políticos suelen dar a los uniformados, al mérito civil con distintivos de no se cuantos colores que me imagino lleven aparejada una paga según el colorcito con el que se conceden, pues desde aquí la reclamo para ella y para el personal encargado voluntariamente de atender a estos enfermos, porque eso si es hacer una labor de valentía y riesgo y eso si es poner su vida al servicio de los demás y encima pagar por ello.

Teresa,seguro que no llegaras a leer esto porque lo escribo en un blog con el acceso muy restringido pero desde aquí te deseo una pronta recuperación y que esos politicuchos de medio pelo que te critican en tus peores momentos, cuando te estas debatiendo entre la vida y la muerte valoren en la oposición de acceso a tu plaza de auxiliar lo que has arriesgado.

SUERTE TERESA.