domingo, 21 de octubre de 2012

EL SALTO ESTRATOSFERICO DE FELIX BAUMGARTNER


No sé si llamarlo locura, insensatez  experimento o cuantos adjetivos relacionados con lo no sensato le queramos poner.

La mayoría de los grandes logros de la humanidad han sido precedidos de riesgos para la vida de sus protagonistas.
 La conquista del Everest por Edmund Hillary y Tenzing Norgay o la conquista del polo sur por el noruego  Roald Amundsen en 1.911 así lo atestiguan.

En este caso el objetivo era lanzarse en caída libre desde 39 Km de altura o sea desde la estratosfera intentando sobrepasar la barrera del sonido como así fue a 1.340 Km por hora que cojones tiene la cosa.

Nada más tener conocimiento de este experimento y saber que iba a ser retransmitido por televisión en directo estuve atento para no perdérmelo.

Oyendo la radio la noche anterior en un rato de desvelo, me encontré que estaban entrevistando a un ingeniero astrofísico que relataba los motivos técnicos por los que este experimento debería de salir bien. La última pregunta del periodista fue ¿pero se va a matar o no? y esa misma pregunta seguro nos la hicimos todos los que seguíamos la caída.

El riesgo de matarse siempre existía pero en un porcentaje creo yo más pequeño que el que se nos hizo creer. Desde el centro de control tenían medios para poner en marcha diversos paracaídas y estabilizadores si la caída no salía bien.

Impresionaba ver desde la cámara exterior de la capsula que le subió, lo que Félix igualmente veía en esos momentos.
Para un tío como yo que siempre le ha costado tirarse de un trampolín es fácil pensar que Félix se rajaría en el último momento, se encerraría otra vez en la capsula y se volvería con el rabo entre las piernas, pero no, este tipo esta empeñado  en realizar las máximas locuras imaginables desde altura con su titulo de paracaidista.

Enfocando las cámaras de televisión a sus padres mientras su retoño caía, se pudo comprobar cómo la madre estaba medianamente nerviosa pero el padre estaba más a gusto sentado en la silla que un perro con dos colas, aunque la procesión le fuera por dentro y que luego digan que las madres de los toreros sufren..

Viendo los últimos minutos de la caída ya con el paracaídas desplegado me  atrevería a apostar que si le hubieran pintado una cruz en la inmensidad del desierto  de Nuevo México, ahí hubiera aterrizado, tal era la precisión del salto.

Otra de las preguntas que me hago es: Tantos botes de Red Bull vende esta empresa para poder financiar este experimento con la cantidad de dinero que vale y a la vez patrocinar una de las principales escuderías de la fórmula 1.

 Parece ser que los objetivos de esta misión se dividían entre científicos y publicitarios. Los científicos dicen que les han conseguido, ahora los publicitarios los han rebasado con creces. Si la cosa hubiese salido mal y Félix Baumgarner  se hubiera dado el piñazo de su vida, las cámaras tenían previsto cortar la retransmisión en el momento.
Todo afortunadamente salió bien, se logro demostrar que el ser humano está preparado para tirarse desde más de 39.000 metros sin que le pase nada  y lo que  seguro quedo claro también con el salto,  es que Félix Baumgarner tiene los huevos más grandes que el caballo de Espartero.

Un saludo a todos :   Mauro Al







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