Que la navidad es una fiesta de origen cristiano y que
significa “nacimiento” tampoco hay que buscarlo en la wikipedia, aunque algún “tolón”
como dicen en mi pueblo todavía no lo sepa.
Nos han vendido la navidad como esas fechas con las que se
cierra un ciclo anualmente, días en
donde todo parece humanizarse, donde
algunos de los que te están dando por el culo durante todo el año se
permiten sin ningún rubor felicitarte y lo que es más gordo, creyéndoselo, como
si los problemas cotidianos no existieran.
El carácter religioso de estas fechas que tanto disfrutaba
de pequeño con mis amigos del barrio, en mis épocas de monaguillo en la
parroquia de Santo Toribio del barrio de las Delicias, se está perdiendo a pasos
agigantados. Qué bonitos belenes preparaban el padre Millán Santos y sus compañeros
curas-albañiles que tanto lucharon por los derechos de los trabajadores en
aquella difícil época de la transición democrática. Joder como nos lo pasábamos
cambiándoles de lugar las figuras del belén
para disfrute nuestro, confusión de los parroquianos y cabreo de los
curas.
Ese carácter anteriormente citado ha dado paso sin remedio a
toda una parafernalia consumista y a unos desmadres gastronómicos que tanto
daño hacen a las entrañas de los humanos así como a sus bolsillo.
Poco a poco, año a año vamos observando cómo nuestros
añorados Reyes Magos son apartados poco menos que a patadas por Papa Noel o también
llamado Santa Claus, importado de los países capitalistas con el único fin de
fortalecer el consumismo sin sentido y sin medida. Qué lejos aquellos belenes y
villancicos y que cercanos estos horribles y patéticos muñecos importados desde
china que cuelgan en muchas ventanas y balcones de nuestro querido pucela.
Veremos este año que nos cuenta nuestro monarca en sus embusteros mensajes de Nochebuena. En el del año pasado nuestro
caza-paquidermos hizo un llamamiento a la ejemplaridad de las personas con
responsabilidades públicas y meses después con una España al borde del colapso
social y económico, con una prima de riesgo bordando lo inaceptable empujada
por una señora alemana, gorda, fea y pequeña llamada Ángela y apellidada Merkel,
pues bien, en esa semana nuestro monarca que tanto apelaba a la ejemplaridad de las personas con
responsabilidades públicas, se encontraba a miles de Kilómetros pegando tiros a
grandiosos y bellísimos animales para el engorde personal de su ego. Días después
al ser pillado infraganti pedía perdón por televisión dando una imagen paupérrima
de un jefe de Estado sucesor de grandes Reyes y Reinas de España. Ese problema
le suelen tener los que como él, escupen para arriba sin pensar que la ley de la
gravedad hará que dicha flema les caiga encima.
Conocido es para mis amigos más cercanos que poco o nada me
gusta el alcohol y como consecuencia el champagne pero si tuviera que brindar, NO lo haría por
nuestro presidente del gobierno ni por los 17 presidentes autonómicos que
arruinan a la población cada segundo que respiran, ni por esos “empresarios”
que solo lo son cuando las cosas van bien y cuando empiezan a torcerse salen
corriendo con el rabo entre las piernas olvidándose de sus empleados a los que
en algún momento y falsamente trataron como amigos (que cerquita lo estoy
viendo estos días).
No brindare tampoco por esos jefecillos abraza-farolas de
poca monta, que sin la menor vergüenza se atreven estos días a desearte “lo
mejor”.
En cambio si brindare por quienes sufren las medidas desacertadas
de este gobierno, especialmente a los parados y desahuciados de sus viviendas,
brindare por los sanitarios que trabajan diariamente para curar a personas con
enfermedades graves, especialmente a los niños, brindare por aquellos en cuyos
corazones existe un lugar para sus amigos, para los que tienen cualquier gesto
solidario y con más motivo para los que tienen muchos y por ultimo y para no
extenderme por el despertar de las conciencias de los que nos gobiernan y por
el renacer de la esperanza de los que la han perdido.
Desde aquí un abrazo muy especial para mis amigas, Carolina,
Darley, Ana, Isa y Nieves que ellas bien saben porque, en estos difíciles pero momentáneos
y pronto superables momentos.
Y con esto, a los que me leéis habitualmente, yo si os deseo de corazón
FELIZ NAVIDAD.
Un saludo. Mauro Al